31 agosto 2011

creo nunca imaginarias

que tu voz ilumina todo mi cuarto
en estas horas tan oscuras

1 comentario:

  1. A veces, en el trecho de huerta que va desde el hogar...

    A veces, en el trecho de huerta que va desde el hogar
    a la alcoba, se me aparecían los ángeles.
    Alguno, quedaba allí de pie, en el aire, como un gallo
    blanco -oh, su alarido-, como una llamarada de azucenas
    blancas como la nieve o color rosa.
    A veces, por los senderos de la huerta, algún ángel me
    seguía casi rozándome; su sonrisa y su traje, cotidianos;
    se parecía a algún pariente, a algún vecino (pero, aquel
    plumaje gris, siniestro, cayéndole por la espalda
    hasta los suelos...). Otros eran como mariposas negras
    pintadas a la lámpara, a los techos, hasta que un día
    se daban vuelta y les ardía el envés del ala, el pelo,
    un número increíble.
    Otros eran diminutos como moscas y violetas e iban
    todo el día de aquí para allá y ésos no nos infundían miedo,
    hasta les dejábamos un vasito de miel en el altar.

    De "Historial de las violetas" 1965
    Marosa de Giorgio

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